Una novela rompedora que fue capaz de evitar la censura y que ganó la primera edición del Premio Nadal. Su autora, una joven de veinte años que solo quiso relatar, de una forma directa y con extraordinaria sensibilidad, su visión del mundo en aquellos momentos. Una época difícil en la que el franquismo se había instaurado y donde están presentes los desastres de la Guerra Civil Española.
Nada de Carmen Laforet cuenta la historia de Andrea, una muchacha huérfana que va a la casa de su abuela en Barcelona para estudiar Letras en la universidad. Su máximo deseo es conseguir libertar e independencia para poder ser feliz; sin embargo, este anhelo se verá frustrado por el resto de familiares que habitan en esa casa. Personas heridas por la guerra, con conducta violenta y arbitraria que harán que la estancia de Andrea en Barcelona no sea la más confortable; aunque no todo está perdido. En la universidad conocerá a Ena que, en contraste con ese ambiente hostil, le brindará un mundo de lujos y alegrías. El problema de vivir en dos realidades tan diferentes es el día en que se encuentran.
El libro está compuesto por 25 capítulos y su división gira en torno a estos dos mundos. La primera parte se centra en la casa de los familiares en la Calle de Aribau; la segunda, en la universidad y las amistades de Andrea; y por último, en la tercera parte hay un choque entre los dos lugares. Además, en la edición escogida (Austral, 2010), Rosa Navarro Durán hace un breve análisis sobre la obra que introducen al lector en el universo de Andrea.
La esencia de Nada se encuentra en cómo muestra la realidad de un país azotado por la guerra. Carmen Laforet, la autora, diferencia claramente los dos mundos que existían durante la década de los cuarenta: vencedores y vencidos. Además, mediante las mujeres de la familia recrea las generaciones y los pensamientos que habitaban en aquella España.
Para acabar, me gustaría aclarar que para leer esta obra es necesario conocer el contexto de la época y tener información sobre la vida de la autora, si no esta narración puede resultar aburrida y plana. Hay que tener en cuenta que existía una censura que debía ser esquivada para poder publicar un libro. Por tanto, lo importante de esta novela no es lo que se dice, sino lo que se esconde; hay que leer entre líneas. Personalmente, la considero todo un reto a la agudeza mental y animo a todos los lectores a que se pongan a prueba y entren en el mundo de Andrea donde, al parecer, no pasa nada… o quizás sí.

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