Destruida
Autopublicados, Romance y erótica

Cuando el dolor forja el camino del destino

¡Hola! Hoy vengo con un género nuevo para mí. Estas semanas he tenido la oportunidad de leer Destruida de Shirley Dp Lezcano uno de los volúmenes de una saga en la que actualmente sigue trabajando. La serie se titula Compañeros del Destino y se inscribe dentro del romantasy, un género en auge actualmente que combina elementos fantásticos con romances intensos y vínculos predestinados.

Aunque no suelo moverme dentro del romance sobrenatural, esta lectura me permitió explorar un universo cargado de emociones, traumas y segundas oportunidades, a la vez que me enfrentó a los códigos propios de un género que hoy conquista a miles de lectoras jóvenes.

Antes que nada, quiero agradecer a la autora por enviarme su novela para leerla y reseñarla. Ha sido una experiencia interesante acercarme a una historia que, por su género y enfoque, se encuentra un poco fuera de mi zona habitual de lectura.

Destruida es una novela autopublicada que se mueve dentro del boom actual del romantasy juvenil, un género que fusiona mundos fantásticos con romances intensos, almas gemelas y vínculos predestinados. Y es precisamente desde esa mezcla donde la obra encuentra tanto sus mayores fortalezas como algunos de sus desafíos para lectores con gustos más orientados a la fantasía pura.

La historia de Kellsey Jones parte de un trasfondo dramático y marcado por el trauma, lo que rápidamente presenta una protagonista que ha vivido demasiado para su corta edad. La novela aborda temas como la pérdida, la traición, la culpa y la búsqueda de una segunda oportunidad, todo ello enmarcado en un universo donde los lobos, las manadas, los vínculos destinados y las jerarquías mágicas forman el tejido social. Desde el primer capítulo queda claro que esta es una narración intensa, donde el sufrimiento emocional y la superación personal son motores fundamentales.

Como lectora que no está especialmente familiarizada con el romantasy, debo reconocer que me costó entrar en el mundo de los hombres lobo y su terminología: las dinámicas de manada, el concepto de marcado, las almas gemelas, los compañeros predestinados… Son elementos muy característicos del género y que, para quien no los frecuenta, pueden resultar abrumadores al inicio. Sin embargo, los lectores más habituados a estas convenciones seguramente se sentirán cómodos desde el principio, reconociendo los códigos propios del romance sobrenatural juvenil.

La novela es larga y contiene una gran cantidad de sucesos, giros emocionales y situaciones extremas que construyen un recorrido intenso para la protagonista. No obstante, también percibí la presencia de elementos que funcionan más como relleno que como desarrollo real de la trama. Hay escenas y diálogos que prolongan el relato sin aportar demasiado a la evolución de los personajes o al conflicto central, lo que puede interrumpir la conexión del lector con la historia, especialmente para quienes buscamos un ritmo más ágil o un mundo fantástico con un desarrollo más profundo.

En contrapartida, uno de los aspectos más destacables del estilo de Shirley es la sencillez del lenguaje. La prosa es clara y muy fácil de leer. No intenta añadir giros innecesarios ni complicar la estructura del relato, lo que hace que la lectura fluya con rapidez incluso en los momentos donde la trama se vuelve más emocional o turbulenta. Este estilo ligero es ideal para lectores jóvenes o para quienes buscan lecturas de evasión con mucho dramatismo, romance y emociones a flor de piel.

En cuanto a la construcción del mundo, aunque la premisa fantástica tiene potencial, eché en falta una mayor descripción de los escenarios. La ambientación es uno de los pilares fundamentales de la fantasía y aquí queda relegada principalmente a los personajes y sus interacciones. El mundo alrededor de Kellsey se siente más esbozado que desarrollado, lo que puede dificultar que el lector se sumerja plenamente en el entorno fantástico.

Respecto a los personajes, Kellsey encarna varios rasgos propios de la heroína romántica juvenil: marcada por el dolor, resiliente, destinada a un poder que nunca pidió y rodeada de figuras masculinas y femeninas que representan roles muy definidos. Si bien algunos personajes secundarios poseen su propio encanto y resultan agradables, no terminan de ofrecer novedades dentro del género.

Existen algunos matices interesantes en ciertos personajes “grises”, pero en general la historia se mueve entre “los buenos” y “los malos” sin demasiada complejidad moral. Aun así, es evidente cuándo y dónde quiere la autora que el lector empatice y su intención se cumple con eficacia gracias al tono emocional y a la claridad narrativa.

Destruida es una novela que encaja perfectamente en el romantasy juvenil contemporáneo, un género que vive un auge notable y que atrae especialmente a lectoras jóvenes que disfrutan de romances intensos, vínculos predestinados, mundos sobrenaturales y protagonistas cargadas de dolor, pasión y destino. Para un público adulto, como es mi caso, puede resultar más difícil conectar con los códigos del género o con la forma en que se manejan las emociones y los vínculos, pero eso no le quita mérito a la obra dentro de su nicho.

Agradezco nuevamente a Shirley por confiar en mí para leer y reseñar su obra. Destruida es un libro que disfrutarán quienes busquen una historia emocional, marcada por el dramatismo, los lazos del destino y una protagonista que lucha por encontrar luz después de la oscuridad. Si te atrae el romantasy juvenil y todo su imaginario de manadas, almas gemelas y segundas oportunidades, encontrarás aquí una historia hecha a tu medida.

Hasta aquí mi reseña, espero que os animéis a haceros con un ejemplar, ya sea en físico o digital. Podéis conseguirlo AQUÍ.

Yo me despido ya, nos leemos pronto.