¡Hola! Después de un mes de vacaciones, vengo con novedades literarias para recomendar. En mayo de 2025 la editorial Opera Prima publicó Amapola, la primera edición de una novela que combina crimen, romance y misterio en 342 páginas. Su autora, Jeimy Gisell Noriega Martínez, escritora hondureña afincada en España, propone una historia ambientada en el corazón de Nueva York, donde un inspector de la policía estatal se ve envuelto en una cadena de asesinatos de magnates millonarios. A la tensión propia de la investigación se suma un vínculo inesperado con la viuda de una de las víctimas, que abre paso a un juego de emociones entre amor, obsesión y deseo.
Amapola se presenta como una novela negra con tintes románticos, un cruce de géneros que, en teoría, podría resultar atractivo para quienes disfrutan de ambas vertientes. La autora alterna las voces narrativas, lo que aporta dinamismo y permite ver los acontecimientos desde distintas perspectivas. Esa estructura hace que la lectura sea ágil y rápida, casi cinematográfica en su planteamiento.
Sin embargo, esta mezcla de registros no siempre termina de cuajar. La trama policial, con sus asesinatos en serie y la investigación del inspector, pierde fuerza al ceder demasiado espacio al romance. A la vez, el desarrollo amoroso no logra consolidarse del todo porque la intriga criminal le roba profundidad. El resultado es un híbrido que se queda a medio camino entre dos géneros, sin terminar de ser convincente en ninguno de ellos.
Uno de los puntos débiles que encuentro en la obra es la previsibilidad de su desenlace. Aunque el planteamiento inicial promete intriga y misterio, el desarrollo va dejando pistas demasiado obvias, lo que resta emoción al lector habituado al género policiaco. A esto se suma que ciertos giros, en lugar de sorprender, resultan esperados, lo que reduce la tensión narrativa.
A pesar de sus carencias, Amapola tiene virtudes que hacen que no sea una lectura pesada. La narración fragmentada en distintas voces aporta ritmo y variedad, evitando la monotonía. Además, el estilo de Noriega es fluido y sencillo, lo que convierte al libro en una opción ligera para quienes buscan una historia rápida, sin grandes complicaciones.
En definitiva, un debut que muestra la ambición creativa de Jeimy Gisell Noriega Martínez, pero que se queda corto en el equilibrio entre géneros y en la construcción de un verdadero suspense. Hasta aquí la primera reseña del mes de septiembre. No siempre nos puede encantar todo lo que leemos y este ha sido mi caso, pero si a ti te ha llamado la atención, puedes comprar un ejemplar AQUÍ.
Yo me despido por ahora, nos leemos pronto.
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