¡Hola! Hoy vengo con una recomendación perfecta para el verano. Un libro breve, un diario que cuenta fragmentos de la vida del autor y con el que conectarás. Cada uno conectaremos de una forma, en mi caso ha sido fácil meterme en la piel del autor por algunos episodios de mi vida. Pero estoy segura de que aunque tu vida no haya tenido nada que ver con la de él, vas a identificarte, reflexionar y sentir muchos de los episodios que el autor ha decido compartir.
En Reflexiones en tiempo real, el autor autopublicado Efraín Galindo Romero nos ofrece una obra singular que se desmarca de las formas tradicionales de la autobiografía. Él mismo la llama autografía, y este término no es casual: no hay aquí un orden cronológico, ni una narrativa unificada, sino una colección de fragmentos que saltan de un momento a otro, como si hojeáramos un álbum de recuerdos que se despliega de forma libre, sin una línea temporal impuesta. Esta estructura, lejos de ser un obstáculo, es una de las mayores fortalezas del libro: permite al lector entrar y salir de escenas íntimas, como si cada una fuera una pequeña puerta hacia la vida del autor.
Cada fragmento es breve, muchos apenas ocupan una página y media; pero esa brevedad no limita la profundidad emocional. Al contrario: en pocos párrafos, Efraín es capaz de transmitir ternura, nostalgia, humor y una sensibilidad especial para capturar lo que muchas veces pasa desapercibido. Son relatos que funcionan como ventanas abiertas a su experiencia como inmigrante cubano en España, a sus recuerdos de la infancia, a momentos cotidianos que, al ser contados con honestidad, se vuelven universales.
Uno de los elementos más originales del libro es el uso de la música como acompañamiento de cada texto. Cada fragmento viene asociado a una canción, que actúa como banda sonora emocional. Esta decisión transforma la lectura en una experiencia sensorial: uno puede detenerse, buscar la canción, escucharla mientras lee o después, y así entrar aún más en la atmósfera del recuerdo que el autor nos comparte. Muchas de esas canciones quedarán inevitablemente ligadas al momento que Efraín nos contó, y se convertirán en puertas que nos devuelvan a esas escenas cada vez que las volvamos a escuchar.
La escritura de Efraín Galindo Romero tiene momentos que rozan lo poético, no tanto por un lenguaje ornamental, sino por la carga emocional que consigue transmitir con naturalidad. Hay frases que resuenan, que invitan a la reflexión o incluso a la identificación. Porque aunque estos textos hablan de su vida, lo hacen desde un lugar tan humano que resulta imposible no verse reflejado en algunos de ellos. El desarraigo, la familia, el paso del tiempo, los sueños que cambian, la risa como refugio: todos estos temas aparecen a lo largo del libro con una honestidad que conmueve. Reflexiones en tiempo real es un libro para leer con pausa. No es una obra para devorar de una sentada, sino para tener cerca y abrir en esos momentos en que uno necesita desconectar del ruido del mundo y reconectar consigo mismo. Leerlo es como tomarse un café con alguien que no te cuenta su vida para impresionarte, sino para compartirte algo real. Y en esa intimidad reside su valor.
Recomiendo este libro a quienes disfrutan de las lecturas fragmentadas, íntimas, donde no hay artificio ni pretensión, sino una voz auténtica que se abre con generosidad. También a quienes valoran la música como parte fundamental de la memoria, como un lenguaje que acompaña y resignifica la vida. Reflexiones en tiempo real no es solo un libro de recuerdos: es una invitación a mirar la propia vida con otros ojos, y quizá, a escribir también los propios fragmentos. Quiero agradecer a Efraín su enorme generosidad por enviarme su libro y también por haber tenido la valentía de compartir estos episodios de su vida. Abrirse para que los demás podamos mirar dentro, siempre es un acto de valentía que yo, como lectora, agradezco; pero como persona, lo valoro inmensamente.
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