¡Hola a todos! Se va acercando el día del Orgullo LGTBIQ+ y por ello vengo con un libro poco conocido y que denuncia la falta de tolerancia de toda una época. Ya he hablado de Carmen Laforet y de la importancia que tuvo Nada en el ámbito de la literatura española de posguerra; sin embargo, esta autora escribió algunas novelas y cuentos más que no se han tenido tan en cuenta y que son igualmente críticos y reivindicativos.
En este caso, vengo a hablar de La insolación, el primer libro que formaría la trilogía Tres pasos fuera del tiempo. Falta todavía por publicar el tercer libro que cerraría esta saga, titulado Jaque mate, pero no está claro si algún día verá la luz, ya que, posiblemente, la autora solo dejase algunas notas y esquemas sobre esta novela. El segundo, Al volver la esquina, fue publicado en 2004, después de fallecer Laforet.
De momento nos centraremos en La insolación. Esta novela cuenta el veraneo de Martín Soto en Beniteca, un pueblo de Alicante donde vive su padre, desde los catorce años hasta los dieciséis. Durante este periodo de vacaciones conoce a unos jóvenes, los hermanos Corsi, que son bastante peculiares y con los que vivirá diferentes situaciones que le ayudarán a madurar y crecer.
La importancia de esta novela la encontramos en la represión y la libertad que a este joven le da y le quita la sociedad y su padre, un militar que se volvió a casar con una mujer que ejercerá de madrastra cruel con el adolescente. Ambientada en la inmediata posguerra (1940-1942), se puede imaginar lo difícil que era descubrir y reprimir la sexualidad de cada uno, lo duro que puede llegar salirse de los cánones de comportamiento de la época y la crueldad con que se castigaban los ideales considerados erróneos en esos años.
El joven Soto no es para nada el prototipo de hombre que se esperaba en la década de los 40 y, por ello, sufrirá las consecuencias. Una novela recomendada para aquellos que quieran conocer cómo fue la posguerra española. Además, aprovechando que se acerca el Orgullo LGTBI, es una novela para reivindicar los derechos y libertades de este colectivo tan válido como cualquier otro. Yo me despido ya, un abrazo y ¡Nos leemos pronto!
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