¡Hola a todos! Después de un mes inactivo, Libros por vivir vuelve con más reseñas. Es de justicia pedir disculpas por no haber subido nada durante el mes de mayo, pero eso se acabó: cada lunes a las 18:00h habrá una nueva entrada. Para regresar por todo lo alto, traigo un libro tan desconocido como su autor, pero que es una auténtica maravilla. Se trata de Manuscrito cuervo de Max Aub. Este es un autor que tuvo que exiliarse debido a la Guerra Civil española y cuya obra cuenta con una originalidad incomparable.
Entre mayo y noviembre de 1940 y entre septiembre y noviembre de 1941 estuvo internado en el campo de concentración francés de Vernet d’Ariège. Fruto de esta experiencia nace el libro que hoy se reseña. La primera vez que se publicó fue en 1949 y en 1955 se publicó una segunda versión con algunas correcciones del autor. Esta última se considera hoy en día como la definitiva y es la que las editoriales reeditan.
Manuscrito cuervo es un relato sobre la vida en el campo de concentración donde se lleva a cabo, de una manera irónica y humorística, una crítica a la sociedad de la época y a la situación vivida; además de mostrar la condición humana. El narrador de esta historia es Jacobo, un cuervo que pasaba los días en este campo observando a los humanos. Sin embargo, Max Aub deja todos los cabos bien atados y es por esta explicación por lo que se considera esta obra como una de las más singulares del autor: Aub explica que si este relato está contado por un cuervo, evidentemente este cuervo lo narra en su idioma, el idioma cuervo; entonces, para que este manuscrito pueda ser leído por los humanos, ha de traducirse a las diferentes lenguas del mundo y alguien ha debido editarlo para ponerlo a disposición del público. Pero ¿quién es ese traductor y quién es el editor que ha decidido que este manuscrito merece la pena? ¿Por qué alguien iba a escuchar a un cuervo?
Espero que os pique la curiosidad y queráis disfrutar de Manuscrito cuervo, y no solo de este relato, sino de toda la obra de Max Aub porque, sin lugar a dudas, no ha habido ni habrá un escritor como él. Yo me despido ya, un abrazo y ¡Nos leemos pronto!
